La huella ambiental de la IA: un reto creciente para el planeta

May
26
2025


El auge de la inteligencia artificial (IA) está transformando sectores como la salud, la educación y la energía, pero también comporta un coste ambiental creciente. El entrenamiento de grandes modelos de lenguaje, como ChatGPT, puede generar emisiones de CO₂ equivalentes a centenares de toneladas, comparables a centenares de vuelos transcontinentales.

Los centros de datos que alimentan estos sistemas consumen grandes cantidades de electricidad y agua para su funcionamiento y refrigeración. Según la Agencia Internacional de la Energía, el consumo eléctrico global de los centros de datos logró los 460 tera vatios-hora el 2022, representando casi el 2% de la demanda eléctrica mundial.

Además, la fabricación y actualización constante del hardware necesario para la IA contribuye al aumento de los residuos electrónicos. Se estima que la IA podría generar entre 1,2 y 5 millones de toneladas métricas de residuos electrónicos adicionales para el 2030, representando hasta el 12% de los residuos electrónicos globales.

Para mitigar estos impactos, expertos recomiendan desarrollar modelos más eficientes energéticamente, utilizar fuentes de energía renovable para alimentar los centros de datos y establecer marcos reguladores que exijan transparencia en la huella ambiental de la IA. Así, se busca equilibrar los beneficios de la IA con la necesidad de sostenibilidad ambiental.