Hoy, 17 de junio, se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, una fecha impulsada por las Naciones Unidas para concienciar sobre la pérdida de tierras fértiles y la carencia de agua, problemas que afectan millones de personas en todo el mundo.
Este año, el lema es “Restaurar la tierra. Generar oportunidades”. El objetivo es recordar que cuidar los suelos no solo es esencial para el entorno, sino que también ayuda a crear puestos de trabajo, garantizar alimentos y afrontar los efectos del cambio climático.
Según datos de la ONU, casi la mitad de la economía mundial depende de tierras en buen estado. Aun así, cada año se degradan millones de hectáreas, con graves consecuencias para la agricultura y las comunidades rurales. Además, la desertificación y la sequía van en aumento a causa de la sobreexplotación, la deforestación y el calentamiento global.
En España, uno de los países europeos más afectados por estos fenómenos, el Ministerio para la Transición Ecológica ha presentado nuevas medidas para restaurar zonas degradadas, como por ejemplo el Mar Menor, y reforzar la lucha contra la desertificación.
Según los expertos, cada euro invertido al recuperar tierras puede generar hasta 30 euros en beneficios sociales, ambientales y económicos.
Este 17 de junio, el mensaje está claro: cuidar la tierra es cuidarnos a nosotros mismos y a las generaciones futuras.